martes, 27 de octubre de 2009

LONGSHOT



Cuando tenía 15 años quedé fascinado por un personaje creado por Ann Nocentti y Arthur Adams que era una especie de humanoide artificial, como un pinocho futurista, con cuatro dedos, dos corazones y los huesos huecos. Su poder era traer suerte a los demás y a sí mismo si sus intenciones eran puras. Fue miembro de la patrulla-x en una época oscura en la que los héroes sufrían y eran diezmados, y en unas historias tenebrosas, él era un rayo de esperanza.
El problema fue que de repente dejó de interesar, y desapareció de los comics, y salvo dos números en marvel fanfare y un especial de De Matteis y Michael Zulli, nunca se le volvió a ver en catorce años. Sí a Dazzler, su amada, que regresó a la continuidad. Ni siquiera en los anuales mutantes regresó Longshot cuando Mojo, su némesis, era el villano. Probablemente porque no querían reconocer la propiedad del personaje a Nocentti, y por ser demasiado ochentero Longshot (Arthur Adams dijo que le copió el peinado a Limahl, el cantante de La Historia Interminable)

La cosa es que, ahora dieciséis años más tarde, y a punto de caducar la licencia del personaje, han decidido reutilizarlo para no perderlo, y me lo encuentro hasta en la sopa. En Exiles, en X-Factor, en series limitadas... Pero has llegado tarde, Longshot. ¿Dónde estabas cuando me importabas más que ahora?