jueves, 22 de octubre de 2009

SECRET WARS 2: CLICKS vs AIRGAMBOYS

En un pasado remoto, los niños jugaban en los recreos del colegio y por las tardes después de Barrio Sésamo con muñequitos de plástico. Ya sé que ahora prefieren putearse mutuamente mientras lo graban con el móvil, pero nosotros éramos felices con estas cosas.


El mundo se dividía en dos clases de chavales: los que jugaban con los Clicks de Famobil (ahora Playmobil) y los que preferían los Airgamboys. Ser de unos u otros era como una declaración de principios, como ser del Madrid o del Barcelona o al menos a mi me lo parecía.


Los Clicks se lanzaron en España en la decada de los 70 cuando la empresa Famosa, la de las muñecas, se hizo con la licencia de un juguete desconocido por entonces que fabricaba en Alemania Geobra Brandstätter. Así se empezarona a fabricar en Alicante, línea de producción que se mantuvo hasta 1982.

CLicks de Famobil a tutiplén

Los Airgamboys los fabricaba la empresa catalana Airgam S.A., propiedad de Josep Magrià que fué su inventor . El nombre del muñequito no era más que el apellido de éste al revés. La licencia para comercializar estos muñequitos la consiguió Exin que como todo el mundo sabe, junto con los hermanos Lumière fueron los inventores del cine. Por eso en otros países se llamaban Exinboys.


Los Airgamboys, grandes y simpaticotes artistas

Pues resulta que los Airgamboys eran más grandes que los Clicks de forma que por el mismo precio, te daban más plástico. Además eran más espartanos, recios, viriles, muchos venían con un buen bigotazo y se les veía más hombretones que los Clicks que siempre tuvieron un aire de mayor fragilidad.


Que me los quitan de las manos, oiga...

A mí los Clicks me parecían más de niño pijo y los Airgamboys los veía como más auténticos y españoles. Así que tuve mi correspondiente tambor de detergente lleno de indios y vaqueros de plástico trufados con 9 ó 10 Airgamboys que me duraron años, exactamente hasta que conseguí mi primer engendro mecánico: el ZX Spectrum del cual hablaremos otro día.

Pero tengo que reconocer que en esta guerra los que al final ganaron fueron los Clicks que se siguen vendiendo todavía en varios países. Pues sirvan estas líneas de homenaje a aquellos pequeños y plasticosos compañeros de aventuras.