lunes, 20 de diciembre de 2010

LOS COMPAÑEROS DE AVENTURAS


Pérez Reverte responde sobre qué es la amistad para él en su foro en www.capitán-alatriste.com y sigue hablando de tebeos, dando un punto de vista original de la vida como proyección de los amigos que soñamos tener en la infancia. Ya sé que me repito con Reverte, pero es que ha escrito los dos mejores artículos sobre Tintín que existen (uno sobre Haddock y otro del museo de Tintín) y no todos los días un escritor best-seller y miembro de la Real Academia se digna a reivindicar las lecturas "menores" sin avergonzarse de ello. Vamos, que Gibraltar no es español porque Pérez Reverte está ocupado en otras cosas, que si no... ja, ja,

Yo me crié, como tú, leyendo libros de aventuras, y de compañeros estupendos, de ‘Hazañas bélicas’, y de ‘El capitán Trueno’ y ‘El Jabato’, y eso del héroe y los amigos –Tintín y su Haddock, El Jabato y su Taurus y su Fideo de Mileto y su Claudia la romana guapa, el capitán Trueno con su Sigrid, reina de Thule, con Goliath y con Crispín- hacía que no te sintieras solo, y cuando éramos pequeños algunos de nosotros como lectores deseábamos tener esa compañía futura. Algunos, los que nos mantuvimos más infantiles en cuanto al concepto del mundo, hemos pasado buena parte de la vida intentando detectar a nuestro alrededor ese tipo de personajes, amigos y compañeros. Supongo que es una búsqueda desesperada para no estar solo, y cuando ya eres mayor y te das cuenta de que el mundo evoluciona y que se parece muy poco a las ideas que tenías de pequeño, también te das cuenta que en esa desesperación, que te da la lucidez cuando la tienes, esa búsqueda de amigos es una especie de afán desesperado por llenar los huecos que la vida te va dejando. Y al final, cuando ya tienes edad para mirar para atrás y hacer un balance más o menos ecuánime de tu vida, te das cuenta que los amigos son lo más valioso, que el valor de la vida de un ser humano se puede medir en función de los amigos que ha ido acumulando en ella. Uno vale lo que valen sus amigos. A partir de cierta edad, quiero decir, uno vale lo que sus amigos lo respetan, y uno se dice: ‘Si estos tíos, Julio, Pepe, Fulano, Mengano, Fulanita, Zutanita, me quieren y harían por mí esto o lo otro, si son mi Fideo, mi Taurus, mi Crispín, mi Goliath, mi Sigrid o mi Claudia, si lucharían e incluso morirían por mí, algo bueno tendré.’

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