jueves, 22 de julio de 2010

G.I.JOE, MUÑEQUITOS EN MI JARDÍN


Mientras que mis primos compraban el Hovercraft Ballena, una nave inmensa de los G.I.Joe que yo envidiaba, el presupuesto con el que yo contaba sólo daba para hacerme con una nave ártica que no llevaba ruedas, sino esquíes, pero estaba saldada quizá por no ser tan atractiva como los jeeps, tanques y camiones. Así que me la llevé. ¿Y qué hacía una nave-trineo en la arena de las playas de Almería? ¿O en las "junglas" del césped de mi jardín? El resto de mi equipo de Joes era bastante ecléctico: Un buzo (skuba), un bombero (Kurt), y un buscador de minas (Sgto Láser). Con tan imposible combinación: ¿Cómo idear aventuras con un argumento no rallano en lo ridículo? Pues lo hacía: Una ola barría la antártida, que se fundía, debiendo el buzo recuperar minas de tierra que se habían vuelto submarinas. Aparcaba la nave en los skimers de la piscina, mientras los muñecos bajaban a bucear. Y la maquinaria de la depuradora era la base de cobra. ¿Y el bombero? ¡Pues era un traidor, ja, ja!

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