martes, 25 de mayo de 2010

PERDIDOS Y ENCONTRADOS EN EL TEMPLO

Pues se acabó LOST y el final me ha emocionado mucho, la muerte heroica de Jack, el reencuentro entre Charlie y Claire, el perdón de Locke a Ben, la redención de Sayid, etc. Pero, como ya advirtió aquí El Conde NO IBAN A EXPLICAR NADA SOBRE LOS MISTERIOS DE LA ISLA, ha sido una explicación a la realidad paralela, que no era tal, sino un purgatorio previo al Cielo al que van a ir los personajes una vez son conscientes de que en otra vida dieron todo por los demás. Y es que eso es el cielo, el reencuentro con los seres queridos. Unos prefieren creer que todo ha sido un sueño, otros que éste no era el final pensado desde un principio, pero era el final más hermoso. Porque el tema principal de la serie no era qué era la isla, quién es el humo negro o por qué la estatua tiene cuatro dedos. La serie iba sobre la FE. Tener fe en que hacer lo correcto es el camino, y que la felicidad que se da a los demás nos viene luego devuelta. El nudo era una excusa para crear historias en torno a ese concepto. Si os fijáis, estaban perdidos en sus vidas, eran infelices, y han encontrado lo que buscaban. Si tuviera que quedarme con una temporada me quedaría con la tercera, que tenía bases secretas, lucha con un gran villano (Ben), exploración y final épico con la muerte de Charlie. La serie podía haber terminado al final de la segunda temporada, al final de la tercera, cuarta y quinta, y TODOS habrían sido grandes finales. Perdidos es un clásico YA, y Carlton Cuse, Damon Lindelof y Jack Bender han creado la segunda obra maestra de la ficción televisiva (La primera es Dr. en Alaska)

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