lunes, 15 de noviembre de 2010

EL REVERSO TENEBROSO DE LA JLA

Los que me conocen saben que a menudo me atraen personajes cuanto más oscuros y desconocidos mejor. Supongo que me viene de la época en que me leía Animal Man, y me atrajo sin remedio la idea de que no hay malos personajes sino malos escritores... En otro post desmentiré esta falacia.

El caso es que una actitud casi compulsiva en mi a finales de los ochenta y principios de los noventa, entrando en la adolescencia, era que portada que veía con muchos personajes coloridos desconocidos saltando de la página hacia el lector, cómic que me compraba. Así fui conociendo bastantes personajes recónditos tanto del universo Marvel como del universo DC. Si, si, no tiene ningún mérito conocerte al dedillo la vida de Spiderman, Patrulla-x o Vengadores, pero ¿qué me decís de New Warriors, Infinity Inc o, el que voy a recordar ahora, el contrauniverso Marvel?

Y es que debe de ser un pelín raro ponerse a leer un sucedáneo de la Liga de la Justicia, con un sucedáneo de Superman (Hyperión), venido del planeta Argón, solamente vulnerable a un isótopo proveniente de los restos de su planeta (argonita). O del resto de personajes DC "piratas": Halcón Nocturno (Batman), Princesa Poder (Wonder Woman), Zumbador (Flash), Dr. Spectrum (Green Lantern), Arquero Dorado (Green Arrow), Lady Alondra (Canario Negro), Águila Azul (Hawkman)...

Sin embargo, ya sabemos que Marvel siempre da un paso más allá. Los 4 Fantásticos metieron temáticas diferentes en un cómic: la primera vez que un grupo de superhéroes era una familia, Spiderman tenía problemas de dinero y de chicas, Hulk con doble personalidad, Daredevil era ciego, Iron Man alcohólico... Los cómics DC siempre han sido más "happy-go-lucky" (detengamos al villano y hasta el próximo episodio amigos!!) Pues en este caso del Escuadrón Supremo, también fueron más allá.

Fórum lanzó creo que fue allá por 1990 la maxi-serie de los ochenta Escuadrón Supremo, una serie a la cual Mark Gruenwald, su guionista, siempre mantuvo entre sus trabajos favoritos. La historia nos mete directamente en el meollo: la tierra entera está colapsada gracias a que un villano conocido como Mente Maestra controló mentalmente al Escuadrón Supremo (aquí en esta tierra es el único grupo de superhéroes del planeta, algo parecido a la JLU del universo DC animado) y mediante uno de ellos (Halcón Nocturno), accede a la persidencia de los EEUU mediante su identidad civil. Cuando el villano es derrotado, toda la tierra cae en una especie de postguerra global, todo desmantelado, sin control, un verdadero caos. En una reunión de urgencia, Hyperión propone que el Escuadrón gobierne el mundo (toma ya!!!) durante diez meses para solucionar los problemas del globo (esto sí que es "un gran poder conlleva una gran responsabilidad"...). Uno de ellos deja el grupo al no estar de acuerdo, y nace el Proyecto Utopía a sugerencia de la Princesa Poder (trasunto de Wonder woman, su Isla Paraíso se llama Utopía).

Así, el grupo se pone manos a la obra: reparto de alimentos, reparación de carreteras, mejoras científicas... pero también tratan sus temillas "espinosos": la destrucción de armas y la prohibición de su uso (recordemos cómo se las gastan los yanquis con estos temas), la erradicación del crimen mediante una máquina que te dice cómo pensar (a gusto del operario que la maneje)...

Las cosas como es natural no salen como estaban previstas y empiezan a haber bajas mortales en el grupo (Nuke trasunto de Firestorm, Tom Thumb trasunto de Atom...)

En definitiva, Gruenwald me enganchó. Ahí se trataban cuestiones éticas y morales bastante fuertes (la eliminación del libre albedrío, lo inmoral de cualquier dictadura por muy buenas intenciones que se tengan, cómo es muuuy conveniente saber dejar marchar a alguien cuando ya no quiere estar con uno...) que en los comics normales de superhéroes no veía por ningún lado, y teniendo en cuenta la época en que estaba escrita, no ha caído demasiado desfasada (tal vez un dibujo demasiado estático y clásico para los gustos actuales, y algunos temas se solucionan muy a "lo cómic", demasiado fácil). Una serie muy recomendable y que probablemente hubiera tenido continuidad si se hubiera publicado hoy en día.

Hace unos años, J. Michael Straczynski propuso una puesta al día del Escuadrón Supremo que me tenía literalmente enganchado, pero al cabrearse con Marvel la serie quedó en el limbo. Una lástima porque estaba realizando una obra maestra junto a Gary Frank, uno de mis dibujantes favoritos. Ahí queda de nuevo congelado el contrauniverso Marvel, esperando que de una vez alguien lo lleve a donde se merece: un universo DC sin personajes icónicos pero con personajes a los que se pueda retorcer hasta exprimirles todas las posibilidades. Seguro que aquí más de uno no resucitaría...

Todas las imágenes son muestras clásicas de portadas con superhéroes saltando hacia el lector que yo haya podido recordar...


Y, por supuesto...


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