domingo, 28 de noviembre de 2010
viernes, 26 de noviembre de 2010
EL FUTURO DE PAFMAN
Acaba de aparecer el primer Super Top Cómic 1, en tapa dura de pafman, que recopila las 3 primeras historias largas (Redevuelve, noche de vivos murientes y Pafman en USA) Mala encuadernación, precio astronómico, nada que ver con los antiguos Super-Humor. Y odio esas portadas oscuras sin apenas colorido, con un dibujo ocasional rápido. Si ni siquiera ellos ponen mimo en el personaje ¿Qué esperan que hagamos nosotros? Respecto al futuro de Pafman, tenemos un enésimo cambio de aspecto de la colección. Ahora más radical que nunca: en blanco y negro, formato más reducido , pero eso sí, en palabras del propio Cera, con 96 paginacas que no se las salta un podenco pucelano. Ante un cambio tan extremo el autor baraja la idea de tratarlo como una colección distinta, algo como “Las crónicas de Pafman” con varias historietas autoconclusivas con alguna trama en común. La cosa todavía está en estado larvario. En definitiva, uno de los personajes más singulares y prometedores del universo de ficción nacional está en una encrucijada, de la que espero que vuelva a salvarse y no haya que esperar siete años para volver a disfrutar de sus desventuras, pues Cera merece la pena por su intuición y originalidad. Como suele suceder con este tipo de cuestiones, Pafman está oscilando a convertirse en una comedia humorística semi-desconocida pero de culto, pues a quienes gusta, gusta mucho.
martes, 23 de noviembre de 2010
ARTURO PÉREZ REVERTE SALDA SU DEUDA CON LOS TEBEOS
José Sanchís Grau, el gran Sanchís de mi infancia, ha recuperado los derechos sobre su gato Pumby, el personaje cuya propiedad intelectual le fue arrebatada por un editor desaprensivo y listillo. Y no saben lo que me alegro. He sabido así, además, que Pumby nació en 1952, sólo unos meses más tarde que el arriba firmante y que el vecino de las almas tan blancas y la negra espalda. Los tres tenemos, por tanto, los mismos tacos de almanaque en la ejecutoria; e ignoro si el perro inglés leía Pumby o se dedicaba a Shakespeare desde su más tierna infancia, aunque me consta que ambos coincidíamos, en torno a los ocho o nueve años, en profesar la regla de los Proscritos junto a GuiIlermo, Pelirrojo, Douglas y Enrique. En lo que a mí se refiere, reconozco públicamente que antes de eso y de los Mosqueteros, y de los tripulantes del Pequod y Scaramouche y el capitán Blood, antes incluso de Tintín y el capitán Haddock, el primer personaje de ficción y aventura que adopté como amigo, guardándole lealtad inquebrantable, fue el gato Pumby. Y lo recuerdo como si fuera ayer. Yo acababa de salir de mi primer desengaño amoroso con Beba la Enfermera, a la que imaginaba novia del urbano Ramón, con su pito para la circulación. Era un lector ávido de cuatro o cinco años, en busca de amigos con los que viajar lejos y multiplicar mi vida por cientos de vidas ajenas y maravillosas, apropiándomelas. Y entonces descubrí los tebeos, y en ellos conocí a Pumby, ese gato negro de sangre fría y valor acreditado, con su cascabel y su pantalón rojo corto. Con él amé castamente a la gata Blanquita -fue Sigrid reina de Thule, quien después barrió esa castidad de mi joven corazón- y seguí los sabios consejos del profesor Chivete; que por aquella época, junto al profesor Franz de Copenhague, simbolizaba para mí el colmo de la sapiencia. Y cada vez, al llegar a la última página, me daba una vuelta por Varsoniova -creo que se escribía así- en compañía del entrañable Soldadito Pepe.
Ahí empezó todo. En ese tiempo, igual que en la edad adulta pasa con los libros, los tebeos eran como las cerezas: tirabas de uno, y éste arrastraba otros. Comprando Pumby cada semana descubrí en el quiosco al pato Donald, al primo Narciso Bello y al tio Gilito, a Goofy y al buen Pluto. Y Junto a ellos, a Mendoza Colt, El capitán Trueno, Roberto Alcázar y Pedrín, El Guerrero del Antifaz, El Jabato, y El Cachorro. Todos ellos se apilaban en el armario de mi dormitorio, y los leí tanto que mi madre los hacía encuadernar para que durasen un poco. Una de las más claras imágenes que conservo de entonces es la de mis amigos -Antoñito Rafael, Paco Cordobés, Jorge Cortina, los Ruscalleda- tirados en el suelo o en el jardín, leyendo -les dejaba los tebeos a cambio de sus bicis-, pues acudían a mi casa como a una biblioteca. Hasta los ocho o nueve años, que es cuando los libros de la colección Historias, y los de Cadete, y Guillermo Brown ylos viejos volúmenes de la biblioteca de mis abuelos empezaron a arrinconar tebeos, el genero alcanzó su máximo esplendor entre mis lecturas con el descubrimiento de un nuevo filón: las traducciones americanas de Superman, Batman, Roy Rogers, Gene Autry, Red Rider, el Llanero Solitario, y mi favorito gringo, el enlutado sheriff Hopalong Cassidy. Y la guinda, el canto del cisne del tebeo antes de abandonarlo para siempre -Tintín era otra cosa, como más tarde Corto Maltés-, fue la colección Hazañas Bélicas, donde conocí a alguien que sería decisivo en mi vida: Donald, el reportero de guerra. Y más tarde, casi al final, Johnny Comando y el cabo Gorila. Todos esos tebeos, leídos y releídos hasta que se deshiceron entre mis manos -tuve la suerte, hoy inconcebible, de no conocer la tele hasta los doce años-, desbrozaron caminos, prepararon el terreno para que los Iibros que Ilegaron después se instalaran sólida y definitivamente. Aguzaron mis sentidos como lector, dotándome de ese instinto de cazador que caracteriza al devorador de relatos: el que sabe reconocerlos, disfrutarlos y apropiárselos sin vacílación y sin complejos, haciendo que formen parte de su vida para siempre.
Por eso escribo hoy sobre Pumby, y por eso sonrío mientras tecleo estas líneas. Hace cuarenta y cinco años contraje una deuda con él y con el hombre que lo creó. Y al enterarme de que José Sanchís ha recuperado sus legítimos derechos sobre el personaje, y también, con ese motivo, de que su felino cumple los mismos años que yo, he querido dedicarles esta página a los dos. Siempre desprecié a quien olvida sus deudas; por eso procuro recordar y saldar, si puedo, las mías. Celebro que el camino que en cieno modo empecé con Pumby me conceda ahora el privilegio de rendir este homenaje a tan viejo amigo, compañero de los primeros pasos por la lectura, por la aventura y por la vida. Así que gracias por ese gato, maestro.
(Publicado en El Semanal XL)
lunes, 22 de noviembre de 2010
LAS SERIES LIMITADAS MARVEL DE LOS 90
Al hilo de la anterior entrada de El Jose, he recordado qué estaba leyendo yo a esa edad. Y sí, recuerdo un número del Escuadrón supremo muy lacrimógeno en el que uno de los personajes moría de cáncer, pero esta es la época (mediados de los 90) en los que Marvel inundaba el mercado de series limitadas malísimas (todos los personajes tuvieron la suya, prácticamente) intentando colapsar el mercado como forma de tapar las florecientes Image y Darkhorse. Es la época de a peor línea editorial jamás creada: Los Hijos de la Medianoche (Morbius, Nighstalkers, Darkhold, Blaze, Hijo de Satán) de la que sólo sobrevive el Motorista Fantasma. Villanos ridículos, dibujantes horrendos, guiones de risa, cómics en gran escala hechos en un par de semanas, y no había colección sobre la que no colgase la espada de la cancelación. Esta situación llevó a Marvel a la bancarrota, a la expulsión de los principales guionistas, y a dejar la presidencia de la corporación en manos de un dibujante potente: Joe Quesada, que empezó a ver el futuro. Los tebeos como el gran teaser tráiler de producciones cinematográficas venideras, que ahí es donde estaba la pasta. Porque los tebeos de ahora, y sobre todo los de sus colegas Millar y Bendis, son story-boards con un lenguaje muy cinematográfico y exportable al video-juego, la TV o el cine.
lunes, 15 de noviembre de 2010
EL REVERSO TENEBROSO DE LA JLA
Los que me conocen saben que a menudo me atraen personajes cuanto más oscuros y desconocidos mejor. Supongo que me viene de la época en que me leía Animal Man, y me atrajo sin remedio la idea de que no hay malos personajes sino malos escritores... En otro post desmentiré esta falacia.
El caso es que una actitud casi compulsiva en mi a finales de los ochenta y principios de los noventa, entrando en la adolescencia, era que portada que veía con muchos personajes coloridos desconocidos saltando de la página hacia el lector, cómic que me compraba. Así fui conociendo bastantes personajes recónditos tanto del universo Marvel como del universo DC. Si, si, no tiene ningún mérito conocerte al dedillo la vida de Spiderman, Patrulla-x o Vengadores, pero ¿qué me decís de New Warriors, Infinity Inc o, el que voy a recordar ahora, el contrauniverso Marvel?
Y es que debe de ser un pelín raro ponerse a leer un sucedáneo de la Liga de la Justicia, con un sucedáneo de Superman (Hyperión), venido del planeta Argón, solamente vulnerable a un isótopo proveniente de los restos de su planeta (argonita). O del resto de personajes DC "piratas": Halcón Nocturno (Batman), Princesa Poder (Wonder Woman), Zumbador (Flash), Dr. Spectrum (Green Lantern), Arquero Dorado (Green Arrow), Lady Alondra (Canario Negro), Águila Azul (Hawkman)...
Sin embargo, ya sabemos que Marvel siempre da un paso más allá. Los 4 Fantásticos metieron temáticas diferentes en un cómic: la primera vez que un grupo de superhéroes era una familia, Spiderman tenía problemas de dinero y de chicas, Hulk con doble personalidad, Daredevil era ciego, Iron Man alcohólico... Los cómics DC siempre han sido más "happy-go-lucky" (detengamos al villano y hasta el próximo episodio amigos!!) Pues en este caso del Escuadrón Supremo, también fueron más allá.
Fórum lanzó creo que fue allá por 1990 la maxi-serie de los ochenta Escuadrón Supremo, una serie a la cual Mark Gruenwald, su guionista, siempre mantuvo entre sus trabajos favoritos. La historia nos mete directamente en el meollo: la tierra entera está colapsada gracias a que un villano conocido como Mente Maestra controló mentalmente al Escuadrón Supremo (aquí en esta tierra es el único grupo de superhéroes del planeta, algo parecido a la JLU del universo DC animado) y mediante uno de ellos (Halcón Nocturno), accede a la persidencia de los EEUU mediante su identidad civil. Cuando el villano es derrotado, toda la tierra cae en una especie de postguerra global, todo desmantelado, sin control, un verdadero caos. En una reunión de urgencia, Hyperión propone que el Escuadrón gobierne el mundo (toma ya!!!) durante diez meses para solucionar los problemas del globo (esto sí que es "un gran poder conlleva una gran responsabilidad"...). Uno de ellos deja el grupo al no estar de acuerdo, y nace el Proyecto Utopía a sugerencia de la Princesa Poder (trasunto de Wonder woman, su Isla Paraíso se llama Utopía).
Así, el grupo se pone manos a la obra: reparto de alimentos, reparación de carreteras, mejoras científicas... pero también tratan sus temillas "espinosos": la destrucción de armas y la prohibición de su uso (recordemos cómo se las gastan los yanquis con estos temas), la erradicación del crimen mediante una máquina que te dice cómo pensar (a gusto del operario que la maneje)...
Las cosas como es natural no salen como estaban previstas y empiezan a haber bajas mortales en el grupo (Nuke trasunto de Firestorm, Tom Thumb trasunto de Atom...)
En definitiva, Gruenwald me enganchó. Ahí se trataban cuestiones éticas y morales bastante fuertes (la eliminación del libre albedrío, lo inmoral de cualquier dictadura por muy buenas intenciones que se tengan, cómo es muuuy conveniente saber dejar marchar a alguien cuando ya no quiere estar con uno...) que en los comics normales de superhéroes no veía por ningún lado, y teniendo en cuenta la época en que estaba escrita, no ha caído demasiado desfasada (tal vez un dibujo demasiado estático y clásico para los gustos actuales, y algunos temas se solucionan muy a "lo cómic", demasiado fácil). Una serie muy recomendable y que probablemente hubiera tenido continuidad si se hubiera publicado hoy en día.
Hace unos años, J. Michael Straczynski propuso una puesta al día del Escuadrón Supremo que me tenía literalmente enganchado, pero al cabrearse con Marvel la serie quedó en el limbo. Una lástima porque estaba realizando una obra maestra junto a Gary Frank, uno de mis dibujantes favoritos. Ahí queda de nuevo congelado el contrauniverso Marvel, esperando que de una vez alguien lo lleve a donde se merece: un universo DC sin personajes icónicos pero con personajes a los que se pueda retorcer hasta exprimirles todas las posibilidades. Seguro que aquí más de uno no resucitaría...
Todas las imágenes son muestras clásicas de portadas con superhéroes saltando hacia el lector que yo haya podido recordar...
Y, por supuesto...
El caso es que una actitud casi compulsiva en mi a finales de los ochenta y principios de los noventa, entrando en la adolescencia, era que portada que veía con muchos personajes coloridos desconocidos saltando de la página hacia el lector, cómic que me compraba. Así fui conociendo bastantes personajes recónditos tanto del universo Marvel como del universo DC. Si, si, no tiene ningún mérito conocerte al dedillo la vida de Spiderman, Patrulla-x o Vengadores, pero ¿qué me decís de New Warriors, Infinity Inc o, el que voy a recordar ahora, el contrauniverso Marvel?
Y es que debe de ser un pelín raro ponerse a leer un sucedáneo de la Liga de la Justicia, con un sucedáneo de Superman (Hyperión), venido del planeta Argón, solamente vulnerable a un isótopo proveniente de los restos de su planeta (argonita). O del resto de personajes DC "piratas": Halcón Nocturno (Batman), Princesa Poder (Wonder Woman), Zumbador (Flash), Dr. Spectrum (Green Lantern), Arquero Dorado (Green Arrow), Lady Alondra (Canario Negro), Águila Azul (Hawkman)...
Sin embargo, ya sabemos que Marvel siempre da un paso más allá. Los 4 Fantásticos metieron temáticas diferentes en un cómic: la primera vez que un grupo de superhéroes era una familia, Spiderman tenía problemas de dinero y de chicas, Hulk con doble personalidad, Daredevil era ciego, Iron Man alcohólico... Los cómics DC siempre han sido más "happy-go-lucky" (detengamos al villano y hasta el próximo episodio amigos!!) Pues en este caso del Escuadrón Supremo, también fueron más allá.
Fórum lanzó creo que fue allá por 1990 la maxi-serie de los ochenta Escuadrón Supremo, una serie a la cual Mark Gruenwald, su guionista, siempre mantuvo entre sus trabajos favoritos. La historia nos mete directamente en el meollo: la tierra entera está colapsada gracias a que un villano conocido como Mente Maestra controló mentalmente al Escuadrón Supremo (aquí en esta tierra es el único grupo de superhéroes del planeta, algo parecido a la JLU del universo DC animado) y mediante uno de ellos (Halcón Nocturno), accede a la persidencia de los EEUU mediante su identidad civil. Cuando el villano es derrotado, toda la tierra cae en una especie de postguerra global, todo desmantelado, sin control, un verdadero caos. En una reunión de urgencia, Hyperión propone que el Escuadrón gobierne el mundo (toma ya!!!) durante diez meses para solucionar los problemas del globo (esto sí que es "un gran poder conlleva una gran responsabilidad"...). Uno de ellos deja el grupo al no estar de acuerdo, y nace el Proyecto Utopía a sugerencia de la Princesa Poder (trasunto de Wonder woman, su Isla Paraíso se llama Utopía).
Así, el grupo se pone manos a la obra: reparto de alimentos, reparación de carreteras, mejoras científicas... pero también tratan sus temillas "espinosos": la destrucción de armas y la prohibición de su uso (recordemos cómo se las gastan los yanquis con estos temas), la erradicación del crimen mediante una máquina que te dice cómo pensar (a gusto del operario que la maneje)...
Las cosas como es natural no salen como estaban previstas y empiezan a haber bajas mortales en el grupo (Nuke trasunto de Firestorm, Tom Thumb trasunto de Atom...)
En definitiva, Gruenwald me enganchó. Ahí se trataban cuestiones éticas y morales bastante fuertes (la eliminación del libre albedrío, lo inmoral de cualquier dictadura por muy buenas intenciones que se tengan, cómo es muuuy conveniente saber dejar marchar a alguien cuando ya no quiere estar con uno...) que en los comics normales de superhéroes no veía por ningún lado, y teniendo en cuenta la época en que estaba escrita, no ha caído demasiado desfasada (tal vez un dibujo demasiado estático y clásico para los gustos actuales, y algunos temas se solucionan muy a "lo cómic", demasiado fácil). Una serie muy recomendable y que probablemente hubiera tenido continuidad si se hubiera publicado hoy en día.
Hace unos años, J. Michael Straczynski propuso una puesta al día del Escuadrón Supremo que me tenía literalmente enganchado, pero al cabrearse con Marvel la serie quedó en el limbo. Una lástima porque estaba realizando una obra maestra junto a Gary Frank, uno de mis dibujantes favoritos. Ahí queda de nuevo congelado el contrauniverso Marvel, esperando que de una vez alguien lo lleve a donde se merece: un universo DC sin personajes icónicos pero con personajes a los que se pueda retorcer hasta exprimirles todas las posibilidades. Seguro que aquí más de uno no resucitaría...
Todas las imágenes son muestras clásicas de portadas con superhéroes saltando hacia el lector que yo haya podido recordar...
Y, por supuesto...
viernes, 12 de noviembre de 2010
SANCHOOO, ¡QUIJOTE!
Portada del álbum de cromos Don Quijote de la Mancha (1979), de la serie televisiva producida por Cruz Delgado. Serie que recordamos dando voz a Don Quijote, la de Fernando Fernán Gómez, y Antonio Ferrandis a Sancho. Yo también coleccioné los fascículos semanales, cuyas viñetas eran fotogramas de la serie, y aún los tengo todos nuevecitos, encuadernados en un tomo.
BRUGUELANDIA
Además de Zipi y Zape, Mortadelo y sus extras, la editorial Bruguera sacaba una revista llamada Bruguelandia, que era muy gorda y en la que convivían todos los personajes de la editorial. En las portadas habitualmente aparecían todos los personajes, y en ella podía serializarse a Superlópez, o encontrar historias largas de Anacleto o Sir Tim O'Theo. Y si luego ya recopilaban todo en un tomo, pues tenemos ahí una enciclopedia del tebeo español.
martes, 9 de noviembre de 2010
LA MEJOR RADIOGRAFÍA DE LA BUROCRACIA
Trasteando en internet a ver qué me bajaba (soy un piratica irredento, sorry), me descargué Las Doce Pruebas de Astérix, la única aventura del genial galo realizada directamente para animación. De hecho, es la mejor peli de Astérix de todos los tiempos (por supuesto, mejor que todas las de imagen real, clara muestra del punto de prostitución al que llegó la franquicia con Uderzo solamente al timón, si Goscinny levantara la cabeza...).
Cuando era pequeño, y llegamos al porqué del título del post, la parte que menos me gustaba era la de "La casa que enloquese". Yo, tierno de mí, aún no había sufrido en mis carnes el mordisco cruel de ese organismo abstracto llamado Burocracia. Para aquellos que piensen que sólo pasa en la junta de Andalucía, esto lo escribió un francés y la película se estrenó allá por 1976... en todas partes cuecen habas. Bueno, de chico no entendía esta parte y la pasaba con el fast forward hasta que llegaba la siguiente, sin embargo ahora la considero como el momento en que la película alcanza la GENIALIDAD.
Para aquellos que no conozcan Astérix, recordar que hay un antes y un después, pre y post mortem, de Goscinny, el guionista. Goscinny solía escaparse de la simple aventura para hacer una ácida crítica de la vida contemporánea así como de la condición humana en sociedad. Y para muestra, asomaos por "La Residencia de los Dioses" (y veremos la primera burbuja urbanística de la historia), "La Cizaña" (primera aparición del concepto guerra psicológica), "Astérix en Hispania" (donde se empezaron a construir las autovías que aún están inconclusas en esta nuestra piel de toro...), o "La vuelta a la Galia" (un Tour de Francia aún sin vampiros ni positivos por clembuterol).
Lo dicho, aquí tenéis una prueba digna de un Dios. ¿O acaso no os habéis sentido así tras conseguir terminar cualquier papeleo mínimo? Aquí podéis echarle un vistazo...
LA PATRULLA -X DEL POBLADO AUSTRALIANO
Aunque todo el mundo habla de los X-Men definitivos como los de Claremont-Byrne, yo le tengo un cariño especial sobre todo a la etapa de Claremont y Silvestri, cuando la Patrulla tenía su cuartel general en Australia. Acababan de morir (aparentemente) en la saga de La Caída de los Mutantes. Y ese bien podría haber sido el final de la colección, pero Claremont los llevó a un poblado abandonado que parecía del Mini-Hollywood en el desierto de Tabernas, y de allí viajaban a cualquier parte del mundo teletransportados por un viejo aborigen. Como Claremont se cansó de aparentar que estaban muertos, decidió acabar con esa forma de fingir, cuando un grupo de ciborgs llamados "Los Cosechadores" los cazaron y obligaron a cruzar un cristal mágico que los devolvía a cualquier parte del mundo, sin memoria y con una nueva vida. Eran Kaos, Dazzler, Coloso, Logan, Tormenta, Longshot y Mariposa. Y para mí, la encarnación legendaria de siempre.
lunes, 8 de noviembre de 2010
9000 visitas
Bueno, pues ya estamos en las 9000 visitas, y para celebrarlo, la letra de 2000 recuerdos, la canción de Pedro Guerra que podría ser la banda sonora del blog
Estos son recuerdos del pasado de lugares ya remotos
cuando no era más que un trozo del adulto que ahora soy,
de ese viaje que hice en bicicleta con burbujas en el aire,
la ciudad que eran dos calles tan enanas como yo.
Tengo en un baúl dos mil recuerdos que quedaron
de aquel tiempo donde guardo la ilusión.
La venta de la Rosa, mil nueve siete dos,
un duro de palotes y un polo de limón,
películas con rombos, Gustavo y dos son dos,
la calle de adoquines, la tiza y el creyón.
Nada me ha servido tanta cosa que he aprendido con los años,
otra vez sobre mis pasos el recuerdo me encontró.
Vuelvo la mirada hacia el pasado y revivo mis canciones
esas viejas emociones que he perdido de mayor.
Tengo en un baúl dos mil recuerdos que quedaron
de aquel tiempo de ese olor tan infantil.
Las bolas de los flipper, el gesto de sentir,
la calma como norma, enero como abril,
un sol de plastilina, veranos por vivir,
los mistos que hacen ruido, petardo y regaliz.
Y la Patrulla X ganando para mí
y estampas en los quioscos y tanto que pedir,
la plaza como excusa, el verbo sin abrir,
un chicle del bazoka y un cuento de Tintín.
Estos son recuerdos del pasado de lugares ya remotos
cuando no era más que un trozo del adulto que ahora soy,
de ese viaje que hice en bicicleta con burbujas en el aire,
la ciudad que eran dos calles tan enanas como yo.
Tengo en un baúl dos mil recuerdos que quedaron
de aquel tiempo donde guardo la ilusión.
La venta de la Rosa, mil nueve siete dos,
un duro de palotes y un polo de limón,
películas con rombos, Gustavo y dos son dos,
la calle de adoquines, la tiza y el creyón.
Nada me ha servido tanta cosa que he aprendido con los años,
otra vez sobre mis pasos el recuerdo me encontró.
Vuelvo la mirada hacia el pasado y revivo mis canciones
esas viejas emociones que he perdido de mayor.
Tengo en un baúl dos mil recuerdos que quedaron
de aquel tiempo de ese olor tan infantil.
Las bolas de los flipper, el gesto de sentir,
la calma como norma, enero como abril,
un sol de plastilina, veranos por vivir,
los mistos que hacen ruido, petardo y regaliz.
Y la Patrulla X ganando para mí
y estampas en los quioscos y tanto que pedir,
la plaza como excusa, el verbo sin abrir,
un chicle del bazoka y un cuento de Tintín.
martes, 2 de noviembre de 2010
EL PRIMER VENGADOR: CAPITÁN AMÉRICA
En las fotos podéis comprobar la diferencia entre los capis de las pelis de 2011 y la ochentera. Buen detalle el que por más que sea indestructible el escudo, la pintura se despinte. El antiguo escudo tiene su gracia, que parecía que iba planeando a control remoto. Más abajo tenéis fotos del Tintín de Spielberg y Peter Jackson.
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